En el año 2022 diferentes factores hicieron que los caminos de la periodista Patricia Martínez y de este que escribe comenzaran a cruzarse fruto, principalmente, de una pasión compartida por la Historia y, sobre todo, por las historias. O, más bien, por la forma de contar esas historias. Suele ser habitual entre quienes comparten pasiones y más, como es el caso, cuando se trata de culos inquietos, que lo que empieza siendo una simple afición compartida desemboque en una necesidad de canalizar de una forma más o menos creativa esa forma de ver y de contar el mundo.
Ambos nacimos en la década de los ochenta, nos criamos en un mundo donde lo indie ponía los acordes y la filosofía do it yourself nos preparaba para ese nuevo milenio tan accesible tecnológicamente como cruel. No es de extrañar entonces que nos decidiésemos sin pensarlo demasiado a materializar con los recursos a nuestro alcance un proyecto desde el cual poder contar esas historias que nos gustaban, que considerábamos merecían ser contadas y, sobre todo, intentando cuidar hasta el último detalle. Nacía entonces la idea, aún sin nombre, de crear la herramienta para dar forma a todos los proyectos que se nos iban agolpando.
Un día Patricia me escribió con una idea. Me advirtió de que era un poco friki pero, conociéndola, eso ya era de presuponer. Me dijo una palabra: Otonoberu. Me costó quedarme con ella. Y me explicó que provenía del japonés, de una combinación de palabras que unían sonido y novela. Sonaba bien y satisfacía su gusto por la cultura nipona y mi aspiración por vincular el proyecto a Asturias ya que me evocaba al Nuberu de nuestra mitología. Tal es así que, para el ojo avispado, el logo que diseñamos no es más que el sol naciente que representa a Japón y las nubes del Nuberu.
Pero esto no es más que el principio de un proyecto que basa su filosofía en crear contenido sonoro de la máxima calidad, que busque la reflexión, el análisis y que prime la calidad por encima de la cantidad. Así nace Otonoberu, selequino, sin prisa para contar de otra manera las historias a viva voz.
